lunes, 18 de octubre de 2021

Ven al laberinto

mood:  Respirando

Escrito en el Bosc de les Fades... sobre un ticket de la compra. Tendré que acostumbrarme a llevar un folio arrugado en la mochila por si acaso.


Normalmente soy la última de mi equipo en coger vacaciones, y a la vuelta la conversación suele ser así:
—¡Bienvenida de nuevo! ¿Qué tal las vacaciones?
—Ooh, ¡muy bien! ¿Y las vuestras?
—... ya no me acuerdo :(
Luego yo trabajo dos semanas y me quedo igual que ellos. Entre unas cosas y otras se me ha ido pasando y no he podido dejar reflejado todo lo que quería/sentía, pero puedo confirmar que este verano lo he disfrutado como nunca.


Antes de bajar, la cosa estuvo muy intensa en el curro, y aún así conseguí sacar ratitos para empezar a meditar y seguir yendo al gimnasio. La contra es que no pude mantenerlo durante las vacaciones ^^U xD

La playa fue un poco más flojilla que otras veces, pero es que tenía el listón muy alto de años anteriores.

Pasé unos días familiares en Algeciras después de dos años.

Una vez en casa, volví a buscar aquello que no sabía que se me había perdido (o que se había escondido) y reconecté con mi yo del pasado desde una nueva perspectiva. Paseando por aquellas calles, recuperando esa forma de pensar. Releyendo El regalo de cumpleaños más grande del mundo y El truco más difícil. Viendo algunas pelis que no vi en su momento, como No mires bajo la cama y El niño invisible.

Fui al Parque de las Ciencias, aunque no quedaban entradas, paseando junto al Genil una tarde de vendaval pre-tormenta. Con un péndulo de Foucault pequeñito.

Volví a cantar con el coro.

Vi a todas mis brujis, ¡Bea y Lara incluidas! Hicimos una fiesta de cumple sorpresa y heredé cositas de Lar en la última visita al piso de su madre antes de mudarse al norte.

Vuelvo a escribir con pluma en mi libreta de borradores.

He preparado proyectillos nuevos.

He dado largos paseos y he dicho "no" cuando me ha hecho falta. He cambiado la lámpara y las cortinas de mi cuarto, que llevaban con nosotros desde aproximadamente 1998 y ya habían cumplido su misión.

Viajé a Albacete por primera vez post-pandemia con mi tía y mis primillas, esta vez en el asiento del copiloto. Me quedé dos días con mi abuela, visité a mi tío abuelo en su residencia, celebramos una minicomida familiar. Recorrí la no-feria con mi prima mayor (aunque las manchegas siguen pendientes).

Quedé con Javi y me contó su nueva vida....

Tantos reencuentros, con personas, lugares y cosas.


Necesito ese tiempo para mí.
Necesito encontrar la forma de encajar las piezas sin que me coma el día a día.
Necesito afirmar mi cabeza, echar raíces profundas y agarrarme a todas esas sensaciones. A esta mirada rebosante de magia.