Lo bueno de que anochezca tan pronto es que hay más tiempo para disfrutar de la noche sin tener que acostarse tarde :P
El otro día salí a la terraza y me senté un ratito a escuchar Kalevala. La luna acababa de empezar a crecer y estaba rozando el horizonte, una línea amarilla brillante sobre el resto del disco negro. A su lado, Júpiter y Saturno, y un poco más apartado, Marte.
Miré más hacia arriba y me sorprendió descubrir que el triángulo de verano sigue con nosotros, aunque hayan pasado dos tercios del otoño. Algunas constelaciones circumpolares conocidas en el cénit. ¿Y más allá? ¿Qué asoma ahora por el este? Nunca me había parado a comparar el cielo de las distintas épocas del año en persona, fuera de los mapas de los libros. Ni me había dado cuenta de las vistas que tiene este piso, aunque ya llevara un año oscuro viviendo aquí.
Qué diferente es todo, dentro y fuera.
Ahora reconozco a Auriga y a Perseo. Lokabrenna. Y poquito a poco, nos conoceremos mejor... en reflexivo y en recíproco.
