Todo lo que puede darte alguien a quien no conoces de nada...

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Como digo yo que podréis imaginar, este puente del Pilar he estado en Madrid. Pensándolo bien, es que entre unas cosas y otras no aparecía por allí desde julio... Pues eso. Pero lo que yo quería contar es lo que me pasó en el autobús de vuelta. Aunque salimos a la hora de siempre de su casa, primero el autobús no venía y luego en cada línea de metro había que esperar 6 ó 7 minutos... así que llegamos corriendo y creo que un par de minutos tarde, que ni siquiera miramos a qué andén teníamos que ir y confiamos que fuera en el de siempre... por lo menos eso nos salió bien (y de casualidad que mientras comíamos había mirado el número del autobús: ju, 6, en Almuradiel nos vamos a pegar por llegar hasta la barra... xD). Pedí al conductor que me abriera el maletero y sólo me dijo que me diera prisa; yo obediente metí la maleta y subí corriendo, casi ni me paré a despedirme (tequiero-muá-luegotellamo) y mientras subía sin haber sacado siquiera el billete todavía me dijo una mujer desde abajo "Pero venga, date prisa!" ¬¬ En fin, y al buscar mi sitio vi que había más números que asientos... así que me senté donde buenamente pude. Y nada... tanto correr y el autobús tardó casi diez minutos más en salir.

De allí a Almuradiel, no mucho; frío con el aire acondicionado e intentando dormir. Al seguir el viaje tuvimos algo de jaleo con los que se subían, por el tema de los asientos, y comentando la numeración con la chica que estaba sentada conmigo. Entonces me preguntó, "¿El chico que has dejado en Madrid es tu pareja?" y yo mmmm sí... "Es que no sé por qué, pero me he visto muy reflejada en vosotros..." Me contó que, cuando ella tenía veinte años, estuvo tres años saliendo con un chico de Madrid; que se querían muchísimo y les iba bien, viéndose cuando podían, pero ella empezó a trabajar y a salir tarde en una época en la que en vez de teléfonos móviles había horas de cola en las cabinas, y llegó un momento en el que se agobió entre la carrera, en trabajo y la distancia y decidieron dejarlo. Del todo. Olvidarse por completo el uno del otro. Así que al día siguiente, él empezó a salir con otra chica y ella con un compañero del trabajo. Él se casó seis meses después y ella a los tres años y medio, y cada uno tuvo dos hijas, pero... acabaron separándose. De hecho a ella le había llegado la sentencia del divorcio esa misma semana. Y después de tanto tiempo... habían manternido un poco el contacto y querían volver a encontrarse. Era difícil, porque tenían que coincidir en un fin de semana sin niñas (ambos tienen la custodia de sus hijas) y teniendo un sitio donde quedarse. Difícil también en el sentido de que ella no quería que sus hijas pensaran que se había separado por culpa de una tercera persona. "Es curioso... todo lo que hemos tenido que pasar por una mala decisión, y ahora... Nos podríamos haber ahorrado tanto dolor..." Me preguntó cómo nos habíamos conocido y le conté muchas cosas... no sé, me daba confianza. "Tú, pase lo que pase, no te precipites. No todo tiene que ser como nos lo cuentan, se puede mantener una relación en la distancia. Y si vosotros os queréis, adelante :)"

La verdad... bueno, no sé; es curioso cómo puedes contarle a alguien que no conoces de nada cosas tan personales, que a lo mejor gente con la que se supone que tienes confianza no sabe...

"No te equivoques..."

En fin... a mí me ayudó, me dio ánimos... espero que mi historia también le sirviera a ella. Que no nos dijimos ni el nombre, pero... gracias ^^