Ayer fue un día curioso, de coincidencias (buenas). Pensé en un salmo el sábado y el domingo me ofrecieron cantarlo. Recordé un pequeño "incidente" con la guitarra y a las dos horas volvió a pasar.
Aunque también tuvo cosas feas, como la distancia y atraer tontos.
Pero al menos hacía viento.
Gracias por contarme cuentos al salir del cine y darme besos mientras duermo.
Te quiero.
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