Hace unos días volvía a mi casa después de hacer unas compras. Era ya de noche y me puse a callejear, aunque no fuese el camino directo, y di con un bar del que me habían hablado hacía poco. Incluso por fuera, las paredes estaban cubiertas con listones de madera, en un rincón había una alacena con copas y puerta de malla de gallinero, y por el techo corrían guirnaldas de flores.
Era como la taberna de un cuento.
Delante vi un tablón con poemas. Algunos graciosos, todos bonitos. Y, entre ellos, la Sonatina.
Acabé leyéndola en voz alta...
Hoy me he acordado de ella. No sabe muy bien por qué, la princesa vuelve a estar triste... aunque sí sabe qué necesitaría para verlo todo con un poquito más de luz.
Te echo tanto de menos, mi mago... :'(
El 25 de enero de 2011, a las 11:41, Chío escribió:
ResponderEliminar(L)
El 1 de febrero de 2011, a las 02:50, yo escribí:
Eliminar:p