25 de septiembre de 2011, en Caralibro:
"Todos nos contamos una historia sobre nosotros mismos. Siempre. Continuamente. Esa historia es lo que nos convierte en lo que somos. Nos construimos a nosotros mismos a partir de esa historia.
Este año quiero que la historia sea distinta..."
Eso escribí a principio de curso, entre enfadada (con los libros) y triste. Empecé no exactamente motivada, pero con asignaturas nuevas, y llevaba las cosas prácticamente al día. El problema es que pasar a limpio los apuntes todos los días tampoco es garantía de saber lo que estás haciendo. Y llegó febrero con otra masacre, y me hundí otra vez.
Volví a pensar en dejarlo; era una especie de "ahora o nunca", porque eso equivalía a despedirme para siempre de la licenciatura. ¿Qué haría en lugar de eso? ¿Dónde podría meterme sin tener ningún título desde bachiller (y eso fue hace mucho)? Y si me arrepintiera, ¿estaría dispuesta a pasarme al grado para volver? Qué peliagudo...
Veía esta gráfica y me preguntaba por dónde estaría yo...
Es uno de los grandes motivos por los que apenas he escrito este curso, al menos hasta marzo. Bastante tiempo con ánimos bajo cero y hablando de ello con muy muy poquita gente (creo que, incluso contando comentarios amargos del estilo a "en junio ya veremos si sigo aquí", con una mano, igual me sobran dedos).
...
Ahora que miro atrás es cuando me estoy dando cuenta. Sí, sabía que había cambiado la historia, pero no había visto cómo he cambiado yo. Si hace un año me hubieran contado todo esto, no me lo habría creído. Y probablemente habría mandado a la m* a quien me lo hubiera dicho, por tocar las narices.
La de cosas que tengo que agradecer... Desde aquel el día en que, por las buenas, nos quedamos dos horas parados hablando en la calle después de clase; las meriendas, los patines, las tapas, las excursiones, la música (escuchar, tocar, cantar), los recados, las cenas, los billares, los viajes, las tartas y los pastelillos, la feria, los sustos y las cosquillas, la piscina, y taaaaantas charlas... Las frases que se quedan incrustadas en el cerebro sin que te des cuenta y, otro día, aparecen en el momento adecuado...
Es difícil, muy difícil, pero cuando ella se convence de que dices la verdad... —Bast hizo un ademán, emocionado—. De pronto la historia que ella se cuenta a sí misma cambia. Se transforma. Ya no la ven hermosa. Es hermosa, y la ven.
Ay, Bast, jamás me cansaré de darte la razón.
También he tenido un mes y medio de estudio intensivo, y aunque no todo ha salido como esperaba... Mecánica cayó en dos noches. Literalmente. Con ayuda y pagando en cervezas después xD, pero en dos noches. Sigo teniendo corcho en el cerebro porque es la única explicación a 3x1=-3 y tantas burradas del estilo, pero oye... puedes aumentar la capacidad de un condensador metiendo un dieléctrico en medio. Sólo es cuestión de aprovecharlo :)
E iré a Electro con la cabeza bien alta, porque ya no me da miedo.
Los padres de Valu me preguntaron "Entonces, ¿en dos años terminas?" y lo primero que pensé fue sí. Vamos a hacerlo.
La historia ha cambiado, para bien. Y todavía será mucho mejor.
Gracias ^^
PD: Espero no haber empezado a divagar demasiado... Es que no son horas ^^U xD
Mi Valu, mil gracias a ti también, por tu infinita paciencia con las tardes y las noches de estudio, siempre animándome y con mimitos preparados aunque estuviera tanto tiempo desaparecida. Mañana (en realidad, dentro de 12 horas escasas xD) podré volver a abrazarte y pienso comerte a besos :D ¡Te quiero! ^^
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