
music: Labyrinth, de Oomph!
Siempre que me siento a escribir porque lo necesito me pasa más o menos parecido, lo tengo todo en la cabeza y de repente se me va... Me paro un rato y pienso que bueno, en realidad no va a interesarle a nadie. Y otro rato más tarde mando a espigar esa idea, porque para eso es mi cueva.
Es una de esas noches en las que miro alrededor y no veo nada, y de repente un viento invisible me toca, haciéndome cerrar los ojos y poniéndome la piel de gallina. ¿Eres tú...? ¿Es una de tus caricias?
Vuelvo a pensar demasiado y no puedo dormir... Me siento un poco sola. No me refiero a echar de menos a mi mago, que es el mejor del mundo y me mima como nadie, sino más... en general. Pienso en mi relación con otra gente y en cómo desperdicio oportunidades sin darme cuenta, cómo me quedo parada tantas veces.
Pienso en si alguien me habría mirado esta noche, tal y como estaba de ánimo (¿estaba? ¿estoy?), si hubiera tenido a mi alrededor en ese momento a todos los agregados al messenger, tuenti o facebook (bueno, el tema de la palabra "amigo" en esos ámbitos es otro diferente).
Pienso en la cantidad de abrazos cómodos que he dado a lo largo de mi vida: que yo recuerde ahora mismo (y, otra vez, sin contar a Valu), con una mano me sobra. Recibidos, menos aún.
Pienso qué será eso que me encierra en un rincón. Qué hace que no sepa acercarme a otras personas ni siquiera cuando estoy mal; pensando de forma egoísta sería lo más sencillo... Tampoco he sido nunca muy dada al contacto físico; pienso si seré demasiado rara, o si daré miedo o algo para que tampoco venga nadie...
Recuerdo que hace tiempo una persona me preguntó "¿pero Javi y tú...?" ¿Javi y yo qué? ¿Tú puedes subir mil fotos pegada a tus colegas y yo no puedo intentar aplastarle el pelo pincho a un amigo durante un rato? Me quedé totalmente descolocada, ¿qué veía ella para pensar eso...?
Y me pregunto si, directamente, mi autoestima será una mierda por no querer molestar a nadie con mis tonterías.
Ya es bastante tarde y en el fondo es la misma historia de siempre. Que yo también necesito algo de cariño de vez en cuando.
Ojalá algún día pueda abrir los brazos sin dudar... y que haya alguien preparado.